Muchos pacientes acuden al dermatólogo explicando que tienen la piel sensible. La piel sensible no es una enfermedad, es una condición de la piel, y no solo afecta a la piel sino que también afecta al estómago e incluso a la manera que tenemos de pensar.
A este problema en dermatología se le denomina rosácea, y ¿que es la rosácea? Es un problema derivado de una estructura muy concreta que tiene la piel, es difícil de entender lo podemos ver mejor en el dibujo que aparece en el vídeo.
Una piel normal tiene una barrera o tejado que impide que el agua entre y salga y debajo de esta tiene una serie de estructuras como por ejemplo la glándula sebácea o la raíz de pelo. La glándula sebácea fabrica un tipo de grasa que se llama el sebo, cuya misión es dar acidez a la piel.
Gracias al sebo, el PH de la piel es un poco bajo, de 5.5. El sebo, una vez que sale al exterior produce unas condiciones ambientales que impiden a las bacterias crecer y por este motivo no tenemos infecciones. Esta acidez es incapaz de cruzar el tejado, puesto que todas las células de la dermis suponen una barrera infranqueable.
Algunas personas, sin embargo, tienen otra estructura distinta en la piel:
La epidermis es mucho más delgada y esta función barrera no se ejerce de forma correcta. Por otra parte, las glándulas sebáceas son mucho mayores y tienen una gran fabricación de sebo que produce una mayor acidez. El PH ya no es de 5.5, sino que es de una acidez mayor (5.0 – 4.9). Esta acidez irrita a la superficie de la piel que a su vez produce enrojecimiento. Los vasos sanguíneos y los capilares se dilatan y dan ese color rosado catacterístico de las pieles con rosácea
Al principio la rosácea se manifiesta por un color rojizo o rosáceo en la cara, pero con el tiempo se va complicando porque estas grandes glándulas sebáceas se infectan con un pequeño ácaro llamado demodex.
A partir de los 40 o 50 años, las personas con piel sensible y roja empiezan a tener granitos como si fuera acné. En ese momento la rosácea pasa a llamarse acné rosácea, que con el tiempo va distorsionando la piel, los poros se hacen cada vez más grandes y la superficie de la piel se vuelve más irregular.
¿Qué solución tiene la rosácea?
En primer lugar entender que es un trastorno o alteración que dura muchos años. En segundo lugar hay que reducir la producción de sebo que se puede hacer con láser o retinoides, en tercer lugar eliminar estos ácaros y en cuarto lugar hay que mejorar la función barrera de la piel y reducir el enrojecimiento. Consulta con nuestros expertos en rosácea en Madrid para más información.