Hay manchas en la cara que aparecen con la exposición al sol y la edad. Tienen una forma muy característica. Son circulares y ovaladas y se distribuyen claramente en las zonas de piel que mas sol han recibido. Por ejemplo, la región de la nalga o la flexura de los brazos tienen muchas menos manchas con la edad que el dorso de los brazos o manos. Eso se explica por la cantidad de horas de sol que hemos recibido en uno u otro lado.
Sin embargo existe otro tipo de manchas que, aunque empeoran con el sol, surgen en la cara, en el labio superior, nariz y mejillas, en gente joven pero tienen un aspecto mas “en mapa” o “geográfico”. Esta manchas que surgen después del embarazo o cuando tomamos pastillas anticonceptivas, no están diectamente vinculadas al sol. Son lo que conocemos como Melasma o Cloasma y tienen un carácter hormonal.
La erupción de Melasma puede durar años. Un 30% de las mujeres con Melasma han estado tomando anticonceptivos. Alteraciones en la tiroides o en la fertilidad también se asocian al Melasma.
La obligación de un médico al ver el Melasma es advertir de diferentes problemas hormonales que puede presentar una paciente. Vendría el melasma a ser como un signo de alarma de que algo no está funcionando correctamente entre nuestras hormonas. Cuando los dermatólogos observamos un Melasma ya sabemos que nuestra paciente tendrá un problema hormonal.