Cuando los pacientes acuden a la consulta de un dermatólogo o de un médico estético, y explican que se han realizado un tratamiento de láser para quitar una mancha, para depilar el pelo, o para eliminar un tatuaje, no siempre son capaces de identificar el tipo de láser con el que se ha tratado. Incluso si les sugerimos realizar un tratamiento con láser, tampoco saben exactamente de qué estamos hablando. Pueden intuir que con el láser quemamos o destruimos algo y, sin embargo, los equipos de láser no siempre funcionan de esta manera.
Aunque no vayáis a convertiros en expertos en láser, es bueno conocer algunas guías para que podáis distinguir unos equipos de otros y conozcáis los diferentes tipos de láser que existen en dermatología.
Los láseres son herramientas que emiten luz. A diferencia de una bombilla que también emite luz, ésta no es considerada ni perniciosa ni peligrosa. Lo que caracteriza un equipo de láser es que emite mucha cantidad de luz en un periodo de tiempo muy breve, calentando superfícies que absorben específicamente esta luz. Por ejemplo, una mancha roja en la piel absorbe preferentemente luz verde o amarilla, y son estos colores lo que se utilizan en el láser para eliminar manchas de ese tipo. Otra característica fundamental del láser es que emiten un único color de luz, lo que los hace específicos a la hora de tratar, destruir o calentar ciertos objetos como puede ser el pelo, una mancha roja, marrón o una cicatriz.
¿Cómo clasificar los láseres?
Hay varias maneras de clasificar los láseres, fundamentalmente, a través del color que emiten o bien la pureza de su luz, la duración de su disparo…
Los láseres se pueden clasificar en ablativos (que queman) y no ablativos (que calientan). Un láser ablativo es aquel que, siendo absorbido por la piel, permite alcanzar temperaturas superiores a los 100 °C y volatilizan el agua. Continuidad en la piel y básicamente hacen agujeros. Esto es lo que podríamos decir “quemar”.
Los láseres no ablativos serían aquellos que al ser absorbidos por la piel no elevan la temperatura de la misma por encima de los 100 °C. Estos láseres se dedican a calentar pero no quemar. Sirven para aumentar la cantidad de colágeno de la piel.
Otra manera de distinguir los láseres es mediante los colores. Los láseres de color verde se utilizan para eliminar manchitas rojas, como podría ser una pequeña vena, un pequeño punto rojo o una mancha roja congénita con la que hemos nacido. El láser verde más conocido es el KTP, cuyo nombre hace referencia a un cristal que se coloca delante del tubo del láser para convertir su luz en color verde.
Otro láser muy empleado es el de color amarillo. También es absorbido, preferentemente, por estructuras rojas, y se puede emplear tanto para quitar tatuajes (si el tipo de láser emite un disparo muy corto y es de tipo Q switch), como para tratar estructuras vasculares. Este tipo de láseres también es conocido como láseres de colorante pulsado.
Tenemos también los láseres rojos, como el láser de diodo o el láser de alejandrita, que se utilizan para quemar el pelo de la piel. Se emplea la luz roja puesto que el pelo es oscuro, y por lo tanto, es capaz de absorber cualquier tipo de luz. Sin embargo, este color también tiene la capacidad de penetrar mejor en la piel, y alcanzar con más facilidad la raíz de los pelos.
El color del láser de diodo es de 800 nm u 810 nm, mientras que el láser de Alejandrita utiliza una longitud de onda de 755 km. Ya os podéis imaginar que estos números corresponden a los colores que emiten estos láseres.
Por encima de este color, están los láseres infrarrojos. El más conocido es el láser de neodimio YAG, el cual tiene poca absorción y una gran penetración, lo que nos permite tratar estructuras profundas de la piel como por ejemplo várices. El color de este láser es de 1064 m.
Otros láseres muy útiles son los que trabajan en la franja del infrarrojo, como son el 1340 nm, 1440 nm o 1540 nm. Esta luz no es muy bien absorbida por el agua de la piel y esto le permite llegar bastante en profundidad y calentar la piel hasta los 60 o 70°C. A estas temperaturas la piel reacciona formando colágeno nuevo, y las glándulas sebáceas suelen derretirse y hacerse más pequeñas, con lo cual este tratamiento se hace idóneo para tratar acné, cicatrices, o rejuvenecer la piel.
En una longitud de onda más larga, existen dos láseres muy interesantes que se llaman láser de Erbio y láser de CO2, los cuales se emplean para destruir pequeñas verrugas, lunares, arrugas o para alisar la piel en caso del envejecimiento o de las cicatrices.
El láser de Erbio emite una longitud de onda de 2940 nm. Con esta longitud de onda, el agua absorbe muy rápidamente la luz y se calienta con tal facilidad que el láser nos permite hacer, literalmente, agujeros y vaporizar la piel. No obstante, dado que el láser de Erbio es muy fácilmente absorbido por el agua de la piel, apenas tiene capacidad de penetrar, y las heridas que realiza este tipo de láser son muy superficiales permitiendo que la piel se repare rápidamente.
Por otro lado, tradicionalmente se emplea el láser de CO2, con una longitud de onda de 10.640 nm. No es tan absorbido por el agua de la piel, y por ello penetra más profundamente, con lo que el efecto es algo mayor pero el tiempo de reparación de la piel es también más largo.
Existe un último tipo de láser que se llama láser de Excimer que emite en la longitud de onda del ultravioleta B, es decir, en los 308 nm. Este es el mismo color que el Sol utiliza para inducir el bronceado o la fabricación de melanina o pigmento de la piel. Se emplea para tratar el vitíligo y también en lesiones inflamatorias como la psoriasis o los eczemas.
Otro truco para saber qué tipo de láser tenemos delante es el tamaño o la forma de su disparo. En general, los láseres dan disparos circulares, mientras que los láseres de diodo dan disparos cuadrados.
Cuando nos tratan con un láser que es alargado y rectangular, esto en realidad es una luz intensa pulsada o IPL. El IPL es una herramienta muy útil y muy parecida al láser con la que podemos hacer depilación, reducir el tamaño del poro, mejorar el aspecto de la piel, estimular la fabricación de colágeno, quitar las manchas, o eliminar la rojez. No es en sentido estricto un láser puesto que no emite un solo color, sino una gama de estos.
Espero que con este resumen os haya podido ayudar a conocer mejor los diferentes equipos de láseres.